lunes, 18 de mayo de 2009

"Trapito", el poder de la ilusión

Fue el dibujante y director almeriense Manuel García Ferre quien dió vida a este personaje. Siendo un adolescente se marchó a vivir a Argentina, y allí comenzó su carrera ganándose la vida con la animación. Con el paso de los años se fue haciendo un hueco importante en el mundo audiovisual de aquel país realizando tiras cómicas, revistas, series de televisión y algunos largometrajes para el cine. Si bien toda su enorme producción se ha quedado limitada a países sudamericanos, a España llegaron series como “El libro gordo de Petete” (1980), “Calculín” (el niño que todo lo sabía), la tortuga “Manuelita” o “Trapito” (1975).


Esta película gira en torno a un pequeño espantapájaros hecho de trapo (de ahí su nombre Trapito) que va en busca de una ilusión en la vida. La historia comienza una noche de tormenta con Trapito anclado al suelo. De repente, un gorrión (Salapín) cae medio muerto a los pies de éste. Trapito, a pesar de sus limitaciones a la hora de articular su cuerpo, se inclina, lo coge y lo mete en su bolsillo dándole cobijo durante la tormenta. A partir de ese momento, Salapín (al igual que hace Pepito Grillo con Pinocho) se convierte en la conciencia de Trapito, animándole a despegar sus piernas de palo del suelo y a recorrer el mundo en busca aventuras.



La moraleja de esta película nos viene a decir que aunque es cierto que hay momentos en los que no tenemos ilusión por nada, todos tenemos que intentar buscar una ilusión que nos haga seguir adelante y luchar día a día por conseguirla y hacerla realidad. Y tú? Cuál estu ilusión?

1 comentario:

Sak dijo...

Vaya, has contado cosas que no sabía del autor y su obra. ¡¡Me ha gustado saberlo, muchas gracias!!.

Ilusión...he dedicado tanto tiempo a trabajar y tan poco a pensar en los últimos cuatro meses que me cuesta. Pero mi ilusión sigue siendo ser feliz, estar rodeado de los que me quieren y formar un día una familia. Yo creo que la ilusión podría ser...que alguien me quiera como un día me quisieron, algo así. Pero eso son cosas grandes, enormes, tal vez sueños. Me conformo con cosas más pequeñitas; a mi me hace mucha ilusión entrar aquí y ver que has dejado una entrada. O pensar en la sonrisa de quien escribe este blog cuando vea a Salapín. Esa es mi gran ilusión ahora.

Un beso Eileen, no dejes nunca de escribir! ¡¡MUAK!!