martes, 5 de febrero de 2008

El pequeño halcón

El Rey recibió como obsequio dos pichones de halcón y los entregó al maestro de cetrería para que los entrenara. Pasados unos meses, el instructor comunico al rey que uno de los halcones estaba perfectamente educado, pero que al otro no sabía lo que le sucedía: No se había movido de la rama desde el día de su llegada a palacio, a tal punto que había que llevarle el alimento hasta allí.

El Rey mandó llamar a curanderos y sanadores de todo tipo, pero nadie pudo hacer volar al ave. Encargó entonces la misión a miembros de la corte, pero nada sucedió. Por la ventana de sus habitaciones, el monarca podía ver que el pájaro continuaba inmóvil.


De repente una mañana vio al halcón volando ágilmente en los jardines. Traedme al autor de ese milagro, dijo.Enseguida le presentaron a un campesino. "Tu hiciste volar al halcón? Como lo hiciste? Eres mago, acaso?"

Entre feliz e intimidado, el hombrecito sólo explico: "No fue difícil, su Alteza: solo corté la rama. El pájaro se dio cuenta que tenía alas y empezó a volar"

¿Sabemos que tenemos alas? ¿Somos conscientes de que podemos volar? ¿ y a qué estamos agarrados? ¿Qué esta esperando nuestra rama para romperse?¿Quién o qué la puede cortar? ¿Cuáles son las razones que hoy nos impiden levantar vuelo? No podemos descubrir nuevos mares amenos que tengamos el coraje de perder de vista la costa. Vivimos dentro de una zona de comodidad donde nos movemos, creemos que eso es lo único que existe. Dentro de esa zona está todo lo que sabemos y todo lo que creemos. Viven nuestros valores, nuestros miedos y nuestras limitaciones. En esa zona reina nuestro pasado y nuestra historia. Todo lo conocido, cotidiano y fácil. Es nuestra zona de confort y por lo general creemos que es nuestro único lugar y modo de vivir. Tenemos sueños, queremos resultados extraordinarios, buscamos oportunidades pero no siempre estamos dispuestos a correr riesgos, no siempre estamos dispuestos a recorrer caminos difíciles o incómodos. Nos conformamos con lo que tenemos, creemos que es lo único y posible y aprendemos a vivir desde la resignación. Es necesario correr riesgos. Tenemos que aprender a caminar en la cuerda floja. Si no tenemos seguridad en nosotros mismos para permanecer solos, coraje para tomar las decisiones mas difíciles, audacia para caminar hacia lo nuevo con pasión y ternura suficiente para escuchar las necesidades de los demás ¿qué estamos haciendo aquí?



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy, muy buena la entrada, de las mejores que te he leido sin lugar a dudas.

Como en todo me imagino que lo mas dificil es dar el primer paso. Es decir subirse a un tren, ir a una entrevista de trabajo, quedar por primera vez en plan cita con alguien que te gusta o como el halcon la primera vez que tuvo que volar.

Realmente es inevitable la sensacion de no tener nada bajo los pies y de que si miras abajo te vas a pegar la ostia del siglo.

Pero como en todo hay que controlar los miedos,los traumas y las inseguridades que son lo que realmente nos limita, mas que lo fisico o que nuestro entorno.

Como decia un gran corredor de maraton: "La primera victoria es contra uno mismo".

Muchos besos maria y sigue escribiendo asi de bien.

loka dijo...

Yo siempre he andao por la cuerda floja, y asi ma io pero me da igual, me gusta andar por ella de vez en cuando porque puede que asi vea cuando me voy a caer por ella y asi agarrarme mas fuerte.
Besos mi niña