miércoles, 27 de febrero de 2008

El pequeño elefante

Cuando yo era chico me encantaban los circos y lo que más me gustaba de los circos eran los animales, en especial el elefante. Durante la función la enorme bestia hacía despliegue de su peso, tamaño y fuerza descomunal...pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo. Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría con facilidad arrancar la estaca y huir.

El misterio es evidente : ¿ Qué lo mantiene entonces? ¿Por qué no huye? Cuando tenía cinco o seis años yo todavía confiaba en la sabiduría de los mayores. Pregunté entonces a algún maestro, a mi padre o a algún tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado. Hice entonces la pregunta obvia: Si está amaestrado ¿Por qué lo encadenan? No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente.

Con el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la estaca... hasta que hace algunos años descubrí que alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta: EL ELEFANTE DEL CIRCO NO ESCAPA PORQUE HA ESTADO ATADO A UNA ESTACA PARECIDA DESDE QUE ERA MUY, MUY PEQUEÑO.

Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo no pudo conseguirlo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvió a probar y también al otro y al que le seguía.... Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no escapa porque cree que NO PUEDE. El tiene el registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. Jamás...jamás....intentó poner a prueba su fuerza otra vez.



Vivimos creyendo que un montón de cosas "no podemos" hacerlas simplemente porque alguna vez probamos y no pudimos. Hicimos entonces lo del elefante : grabamos en nuestro recuerdo: NO PUEDO....NO PUEDO Y NUNCA PODRÉ. Hemos crecido portando ese mensaje que nos impusimos a nosotros mismos y nunca más lo volvimos a intentar. Como mucho, de vez en cuando sentimos los grilletes, hacemos sonar las cadenas o miramos de reojo la estaca y confirmamos el estigma : "NO PUEDO Y NUNCA PODRÉ"....quizá si ahora lo intentásemos de nuevo esta vez podamos alejarnos de la estaca que durante este tiempo nos ha mantenido encadenados!!!



2 comentarios:

Melkor dijo...

Me has dejado por una vez sin palabras maria. Al fin y al cabo es una verdad tan clara y absurda al mismo tiempo que no me queda sino quitarme el sombrero y reflexionar sobre ello aplicandolo a alguna situacion de mi vida en la que tenga una estaca, no en el corazon, como muchas querrian, sino atada con una cadena a la pata, jejejeje.

En fin, muchos besos y gracias por ponerme el enlace de las aventuras de héctor.

Me ha hecho gracia y todo.

XDDDDDDDDDDDD

[*Sanwaxa*] dijo...

Me dejas sin palabras (joder me da rabia q ya dijera esto Héctor xD) pero es lo q vengo a decirte.

El relato es buenísimo, a mi me ha dado mucho que pensar, y es que no se puede tener má razon en este mundo. Yo he parado de leer para pensar: "y como podria yo decirle al elefante que lo volviera a intentar?" Hablandole con palabras no conseguiria nada, pero si viera a otro elefante soltarse, seguro que lo volvia a intentar, y es que todos necesitamos ese ejemplo a seguir ;)

Muchos besos niññaaa!!!